sábado, 11 de septiembre de 2010

Hacia Dos Veranos

Libertad. ¿Cómo es que el término se vuelve fértil detrás de un grupo de rock? Quizás sea Hacia Dos Veranos la perfecta situación musical (y temporal claro) en la que la misma libertad resurge como un noble y alucinado mérito.

Cuatro (larguísimos y libres cuatro) años después del disco De los Valles y Volcanes, el grupo reinventa su psicodélica exploración instrumental, refinando aún más sus arreglos y recrudeciendo a la vez en un sentido urbano ya inevitablemente porteño.

Supongamos remansos y aventuras en deliciosas porciones de tardes-noches confusas, supongamos el olvido como una dimensión y la memoria musical como la única herramienta capaz de sostener el tiempo. Allí, Hacia Dos Veranos, sin palabras, impone sus canciones con la delicadeza de una caída.

Del tierno sosiego de “Cuida tu Bufanda, Tatiana” (su “Careful with that axe Eugene”) a “Música en la Ruta del Vino”, continuos crescendos, cortes, punteos metódicos y emocionantes, quiebres y matices son poseídos por una velocidad intransigente que se mide en kilómetros por hora pero se siente solamente de a pasos.

Irresistible, “Draft Morning” de The Byrds, uno de los dos covers del disco (el otro es “Instrumental #1″ de Brittle Stars), define en la voz de Alasdair MacLean de The Clientele, la porción más bella del sol, la que se lleva el viento. Quizás ahí, esté el corazón de las canciones de Hacia Dos Veranos, en lo que se mueve como el viento, con el libre ritmo del sin querer.

Fernando Graneros

http://haciadosveranos.bandcamp.com/


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