viernes, 23 de diciembre de 2011

Raúl Gómez Jattim. El artista tiene siempre un mortal enemigo.




Sin querer ofender


Por qué va a entristecerte el no ser poeta

Terrible sufrimiento el serlo

Sagrado -es verdad-

pero terrible

Tú eres un hombre bello

como no he conocido

porque vives lo bello

No te amedrante el no tener

una belleza más

entre las que posees

Ser poeta es más que un destino literario

Tú lo sabbés

Entonces por qué -me pregunto-

esas flores de papel descolorido y sin gracia

a la salida de tu barrio de ensueño



Conjuro


Los habitantes de mi aldea

dicen que soy un hombre

despreciable y peligroso

Y no andan muy equivocados

Despreciable y Peligroso

Eso ha hecho de mí la poesía y el amor

Señores habitantes

Tranquilos

que sólo a mí

suelo hacer daño



La gran metafísica es el amor


Nos íbamos a culear burras después del almuerzo

Con esas arrecheras eternas de los nueve años

Ante los mayores nos disfrazábamos de cazadores

de pájaros La trampa con su canario De colectores

de helechos y frutas Pero íbamos a gozar el orgasmo

más virgen El orgasmo milagroso de cuatro niños

y una burra Es hermosísimo ver a un amigo culear

Verlo tan viril meterle su órgano niño

en la hendidura estrecha del noble animal Pero

profunda como una tinaja Y el resto del

grupo se prepara gozoso Gozando del placer del otro

La gran religión es la metafísica del sexo

La arbitrariedad perfecta de su amor El amor

que la origina La gran metafísica es el Amor

creador de Amistad y de Arte

Eso no me preparó para someter a la mujer

sino para andar con un amigo



Scherezada


Está enamorada del asesino que la obliga

noche tras noche a exprimir su memoria

de la ancestral leyenda multiforme y extensa

para salvar por un momento su indefensa vida

Y mientras cuenta y cuenta Scherezada

el Califa la besa y acaricia lujurioso

y ella tiene que seguir entreteniéndolo contando

porque el verdugo espera en cada madrugada

Está a merced de quien la oye emocionado

pero no levanta la sentencia a muerte

El artista tiene siempre un mortal enemigo

que lo extenúa en su trabajo interminable

y que cada noche lo perdona y lo ama: él mismo



Poemas extraídos de "Amanecer en el Valle del Sinú", antología poética de Raúl Gómez Jattim.

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